14 de noviembre de 2009

EL KUMITE

El Kumite tradicional es más una búsqueda del camino, del "Do", se estudia como realización personal. Es un combate entre dos o más karatekas, es mucho más consciente que el Shiai Kumite pero menos que el marcial.
El entrenamiento de Kumite necesita de una evolución en su estudio, cualquiera de las tres formas pasa por las mismas fases de trabajo y de comprensión de lo que se está haciendo, no olvidemos que de la comprensión nace la maestría.
El estudio del Kumite tradicional está formado por cuatro fases:

Go-No-Sen: Defensa y contraataque.
Sen-No-Sen: Un contraataque simultáneo o tomar la iniciativa. (Tai-No-Sen y Yo-No-Sen)
Iro-No-Sen: Se realiza el contraataque cuando la intención de ataque del oponente ha sido formulada.
Kokoro-No-Sen: No hay fallo perceptible ni en uno ni en el otro contendiente. Es imposible el ataque y la concentración es máxima.

El trabajo a realizar en el Kumite tradicional pasa también por varias fases de aprendizaje y entrenamiento.
El primero y muy importante es el Ippon Kumite, se realiza sobre un solo paso, Tori ataca a Uke y este se defiende y contraataca con una técnica considerada decisiva (Shimei), ésta tiene que ser mortal o dejar al contrario K.O.
A partir de este se realiza el Gohon Ippon Kumite, Kumite a cinco pasos y Jion Ippon Kumite, a diez pasos. En estos los pasos son independientes, cada ataque es independiente de los otros. Uke bloquea los primeros ataques y contraataca en el último, se estudia la posición, la estabilidad, la potencia, etc.
La siguiente fase es el estudio del Sambon Kumite, a tres pasos o tres ataques. El estudio aquí es diferente a los otros, cambia el ritmo. Uke tiene que adaptarse a Tori, éste ataca una vez, Uke defiende pero Tori no deja que se repita la defensa y ataca otra vez muy rápido, intentando desbordar a Uke que retrocede muy rápido y contraataca. El ritmo es como en la línea central del Kata Pinan Shodan, primero 1 y luego 2 y 3 seguidos.
La tercera fase es el Jyu Ippon Kumite, es como el Ippon Kumite pero libre, sin conocimiento previo de la técnica de ataque ni a que parte del cuerpo va dirigida. Cada contendiente realiza un ataque por turnos. Esta forma de entrenamiento se aproxima mucho al combate libre o Jyu Kumite.
A partir de aquí las formas de trabajo implican un nivel alto de conocimientos técnicos, estas formas son el Happo Kumite, que se practica con varios adversarios. Éstos se colocan rodeando a Uke, en círculo, atacan por turnos y pueden anunciar o no el nivel y la técnica de ataque. El Kaeshi Ippon Kumite, Tori ataca, Uke defiende o esquiva y contraataca, pero Tori lo bloquea y contraataca con una acción decisiva. El Okuri Jyu Ippon Kumite, si en Ippon Kumite consideramos que el contraataque es decisivo, aquí no. Por lo tanto Tori ataca, Uke defiende y contraataca como en Ippon Kumite, pero al considerar el contraataque como no decisivo, hay un instante de pausa, Tori encaja el contraataque y toma la iniciativa sin anunciar la técnica, es libre. Es muy importante mantener la concentración.
Y como estudio y objetivo final el Jyu Kumite o combate libre, aquí podemos decir que vale todo, desde técnicas de todo tipo tanto de brazos como de piernas, hasta luxaciones, proyecciones, estrangulaciones, etc. En resumen derrotar al adversario y lo que es más importante superarnos a la vez a nosotros mismos que es el auténtico y último fin del Karate.

KUMITE DEPORTIVO

Es un duelo sin serlo, es una apariencia de pelea, es una degeneración del Karate original pero necesaria, hasta cierto punto, para estudiar características como la distancia, la concentración, la rapidez, etc. Aunque no sirve para estudiar las reacciones finales, pues en la pelea real el instinto se impone a la fuerza e incluso a la técnica y naturalmente una competición de carácter deportivo no genera los mismos instintos.
El primer campeonato de Kumite y Kata fue organizado por el maestro Nakayama el 20 de octubre de 1957, una fecha relativamente reciente, puesto que hubo que esperar al fallecimiento del maestro Funakoshi que siempre había sido totalmente contrario al Kumite. Posteriormente Nakayama comprendió el porqué de la postura de su maestro y comenzó a preocuparse por las repercusiones que pudieran tener esta clase de campeonatos. Le preocupaba que se pudieran perder muchas de las variadas técnicas del Karate por el afán de marcar puntos, y también algo mucho peor, como el hecho de que comenzaran a surgir otro tipo de competiciones de carácter más violento, lo que iría en claro detrimento del Arte Marcial al que los maestros contemporáneos habían querido dotar de cierto sentido espiritual, el "Do". Desgraciadamente los temores de Nakayama no eran infundados y el primero de ellos ya es una realidad, el segundo solo está empezando, tiempo al tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario