El maestro Asai nació en Ehime, en la prefectura de Shikoku Japón, hijo de un padre policía. Criado en las afueras de la ciudad, Asai creció para convertirse en un muy fuerte, rápido y energético joven. De joven con frecuencia practicaba Sumo y a veces competía en el tradicional desafió de cinco hombres, siempre ganado. Tambien aprendió Judo, Kendo, y a usar la lanza de su padre. Aun de joven su habilidad atlética era fácilmente reconocida. Un punto importante en su vida fue cuando tenía doce años. Un día vio a un boxeador pelear con un karate-ka y se asombro al ver como la patada del karate-ka inutilizo los posibles ataques de su oponente. Y por eso la imagen del karate se quedo plasmada en su mente. Este evento ocurrió justo después de la Segunda Guerra Mundial, en una época en que la comunidad japonesa no estaba segura de su futuro. El Maestro Asai quería ser tan fuerte física como mentalmente. Así que empezó a practicar Karate. El maestro Asai dedicó gran parte de su vida a encontrar “El Camino”. Su trayectoria del Karate fue comparada a una “Tormenta Eléctrica”. El Maestro dijo: “Las personas deberían olvidarse de todo y dedicarse a alcanzar la meta que se han propuesto, las personas comunes no alcanzan a comprender esta forma de pensar, o de estar en este medio, y es esta clase de medio lo esencial para alcanzar el éxito”. Este maestro carismático visitó España en 1993 e impartió tres cursos, uno de ellos en Ciudad Real, organizado por nuestro Club, que contó con la presencia de un importante grupo de practicantes venidos de todo el país. De este modo, pudimos conocer directamente su magistral técnica y profundo conocimiento del arte del Karate Do. Shihan Asai era un hombre de pocas palabras, pero aun así, si al observar con detenimiento sus ojos de águila, penetrantes, podía entreverse la profundidad de su sabiduría producto de la constancia de su entrenamiento. El maestro Asai falleció el 15 de agosto de 2006, a los 71 años de edad, víctima de una larga enfermedad que no le impidió, sin embargo, mantenerse activo hasta sus últimos momentos de vida. Su obra nos ha sido legada, en ella se manifiesta la necesidad de superar las formas tradicionales de instrucción, su anhelo para que el Karate retomase el camino de bu-jutsu, rompiendo con los arqueotipos rígidos y estereotipados del Karate del pasado siglo, buscando flexibilidad y fluidez en los movimientos mediante el control de la respiración y la naturalidad. Siempre recordaremos sus impecables tai sabaki, sus sorprendentes uchi waza y, sobre todo nos queda su destacable trabajo de recuperación de viejos kata (senka, meikyo nidan y sandan, hyakuhachippo, kakuyoku ...) y una larga lista de katas originales (junro, hachimon, kyakusen, kyhoken, ...) |
18 de noviembre de 2009
TETSUHICO ASAI
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